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Llegó perfecta a los 100: Una mujer de Riverhead celebra un siglo de vida

Betty Negro, de 100 años, comparte risas con Stephen Tamburello en la fiesta de cumpleaños celebrada en su honor en Riverhead Landing el viernes. Foto: Denise Civiletti

“Tengo cien años. ¿Puedes creerlo?”

Betty Negro siguió repitiendo esa frase con una sonrisa mientras saludaba a todos los que asistieron a la fiesta en su honor el viernes por la tarde en Riverhead Landing.

“¡Tengo cien años! ¿Puedes creerlo? ¡Yo no puedo creerlo!”

En realidad, no parece tener más de 80, tal vez 75. Y también actúa como una joven de 75 años.

Betty no se mantuvo sentada por más de un minuto mientras iba de un lado a otro en la sede del club, claramente disfrutando de la atención de amigos y vecinos, entreteniéndoles con historias, bromas y ocurrencias — muchas ocurrencias.

“La gente me pregunta cómo se siente tener 100. Les digo que me sentía mejor con 99,” dijo.

Su mente es aguda, su ingenio rápido y su humor un poco atrevido. “Mi oído ya no es lo que era,” dijo. “Pero tomo muy poca medicación. Mi presión arterial, mi corazón — todo está bien. El médico dijo que voy a vivir al menos otros cinco años [más].”

Betty se rió a carcajadas cuando le pidieron pruebas de su edad. “¿Quieres que vaya a casa y traiga mi certificado de nacimiento? Dejé mi licencia de conducir. Las carreteras por aquí son muy complicadas,” dijo.

Se mudó a Riverhead hace una década, después de vivir 18 años en Florida. Se retiró al estado del sol con su esposo Frank, pero después de que él y sus amigos fallecieron y se encontró sola, decidió mudarse a Riverhead, para estar cerca de su sobrina.

Sin embargo, no importa donde Betty viva, siempre será una chica de Brooklyn en el corazón. Ella añora el barrio donde nació. Para Betty, Riverhead “está demasiado adormecido.”

La recién estrenada centenaria, Betty Negro, con la gerente de los apartamentos Riverhead Landing, Maria Mazzone —“la hija que nunca tuve”— el viernes, un día después de que Betty cumpliera los 100 años. Foto: Denise Civiletti

“No pasa casi nada aquí la mayor parte del tiempo,” comentó. “Estoy acostumbrada a la vida nocturna. Para mí, esto es ‘deadville’.”
Pero agregó rápidamente que le encanta Riverhead Landing, especialmente la gerencia, dice. La gerente Maria Mazzone es “la hija que nunca tuve.”

Betty vive por su cuenta en un complejo de apartamentos para mayores de 55 años. Algo que no muchos centenarios pueden presumir.

Es una persona muy social. Pertenece al “club de las viudas, viudos y divorciados,” le hicieron una gran fiesta el sábado en el salón Birchwood. “Habían como 90 personas allí,” dijo. “Fue una fiesta magnífica.”

Disfruta mucho de estar con amigos, pero echa de menos la compañía de un amigo especial en particular.

“Tuve un buen hombre durante 10 años,” dijo. “Ahora está en rehabilitación y no estoy segura de que vaya a salir.”

Betty estuvo casada con Frank durante 52 años. Se conocieron en los “Knights of Columbus” (Caballeros de Colón). Ella lo vio en una de las reuniones sociales allí y en seguida le dijo a su amiga: “¿Ves a ese hombre de allá? Me voy a casar con él.”

Él tenía una carrera profesional en la oficina de correos. Ella era la gerente en prácticas para dos oftalmólogos, trabajó para uno de ellos durante 22 años y el otro por 20 años antes de jubilarse y mudarse a Florida. La pareja no tuvo hijos — “Era estéril,” explicó en voz baja.

“Tengo la reputación de decir lo que pienso, lo que me gusta o no me gusta,” dijo Betty. Ella atribuye esa cualidad como una de las razones por las que ha vivido una vida tan larga y saludable.

“No tengo paciencia para la estupidez,” comentó.

“Eso y que bebo un poco de vino tinto todos los días,”

Betty le encanta leer, y así es como pasa la mayor parte de su tiempo cuando no es una mariposa social.

También le entusiasma cocinar, especialmente platos italianos que aprendió de su madre y su abuela cuando creció al sur de Brooklyn.

Su amigo Stephen Tamburelli comentó que la pasta fagioli de Betty era la cosa más deliciosa que haya comido nunca.

“Los napolitanos son los mejores cocineros,” declaró ella.

‘Dice Semental Italiano. No tengo la cosita, sabes,” bromeó Betty Negro sobre el mensaje en su pastel de cumpleaños.

Betty (nacida como Bettina Morelli) está muy orgullosa de su herencia cultural y no lo oculta. Su pastel de cumpleaños estaba decorado con su foto, una bandera italiana y el mensaje, “Italian Stallion 100 Years Young. Happy Birthday Betty” (Semental Italiano 100 Años Jove. Feliz Cumpleaños Betty).

“Mira eso. Dice semental italiano,” dijo, sacudiendo la cabeza y señalando el pastel. “No tengo la cosita, sabes.”

El detalle artístico sobre el pastel estaba enmarcado por 16 velas.

“Menos mal que no pusieron 100 velas. Ya habríamos tenido al departamento de bomberos aquí.”

La idea le recordó la vez que regresó a su edificio de apartamentos después de salir a caminar y se encontró con el departamento de bomberos fuera del edificio. Los vecinos habías sido evacuados por un olor a gas. Oyó que alguien había salido de su casa y había dejado una las hornillas de la cocina abierta pero no encendida.

“Yo dije, ‘¿qué clase de pen*jo haría algo así?’” Sacudía la cabeza, riendo. “Y entonces ¡descubrí que era yo!”
El grupo de amigos que la rodeaban estallaron en risas nuevamente. Ella claramente lo disfruta. Después del pastel y café, Betty vuelve a hablar, leyendo sus cartas y contando chistes.

“Este es un poco obsceno,” advierte a los reunidos antes de contar una sobre dos amigas borrachas que salen una noche y que necesitan hacer sus necesidades y encontraron un lugar privado en un oscuro cementerio mientras caminaban de regreso a casa.

Al día siguiente, sus respectivos esposos hablaron por teléfono preocupados, dijo Betty.

“No sé [qué ocurre] en esas noches de chicas,” dijo un esposo. “Anoche mi esposa vino a casa sin sus pantis.” El rostro de Betty se anima a medida que se acerca el final del cuento.

“’Eso no es nada,’ le contestó otro esposo.” Betty, midiendo su tiempo para enfatizar el momento cómico, pausó. “’Anoche mi esposa llegó a casa con un lazo en su trasero que dice que el departamento de bomberos siempre te recordará.’” Con ojos brillantes, Betty se rió a carcajadas, igual que las demás personas en la sala, muchos de ellos una generación más joven que su notable amiga de 100 años.

“A todo el mundo le encanta una fiesta de cumpleaños número 100.¿Quién sigue?” preguntó. Una mujer que tiene alrededor de 90 años. “Allí estaré,” le dijo Betty. “¿Quién más?”

Otra mujer que tiene 85 años. “En quince años, por lo que tu tendrás 115 cuando yo cumpla 100.”

Betty no dudo en contestarle. “Yo haré la cena.”

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Denise Civiletti
Denise es una reportera veterana y editora local, una abogada y ex concejala de Riverhead Town. Su trabajo ha sido reconocido con numerosos premios, incluyendo un premio "escritor del año" de la Asociación de Prensa de Nueva York en 2015. Es fundadora, propietaria y coeditora de este sitio web. Correo electrónico Denise.