La Diócesis de Rockville Centre informó en un comunicado por escrito publicado en su página oficial, que el informe que el gran jurado del Tribunal Supremo de Pennsylvania emitió el martes contenía declaraciones erróneas sobre el obispo John Barres, quien fue obispo de Allentown, Pennsylvania, antes de ser asignado a la diócesis de Rockville Centre.
Las críticas sobre la forma en que Barres procedió después de que un sacerdote que había confesado haber abusado sexualmente de un niño de 12 años, carecían de fundamentos, dijo la diócesis. Consultar el artículo relacionado.
“Desafortunadamente, los autores del informe parecen no haber comprendido el material que estaban citando, y sus críticas al obispo Barres fueron, de hecho, un error,” dijo la diócesis en un comunicado.
El informe señala que Barres, quien se convirtió en obispo de Allentown en 2009, muchos años después de que el sacerdote, Michael Lawrence, presuntamente abusó sexualmente de un segundo niño en la diócesis, no reveló la confesión anterior de Lawrence al Vaticano.
“El obispo Barres informó todo a la Santa Sede,” dijo la diócesis.
“No hubo encubrimiento; no se ocultó nada a la Santa Sede como implica incorrectamente el informe.”
No se jubiló al sacerdote simplemente, dijo la diócesis. Fue enviado a “una instalación segura (y bien supervisada) para delincuentes sexuales desde donde no podría hacer más daño,” según el comunicado. Barres había decidido que esa era una mejor alternativa que sacar a Lawrence del estado clerical, lo que significaría dejarlo libre sin supervisión.
“El obispo Barres se reafirma en esa decisión. Mantener a Lawrence en esa instalación fue más importante que sacarlo del estado clerical,” dijo el comunicado.
El asesor legal del obispo le escribirá a la oficina del fiscal general de Pennsylvania para solicitar que se corrija el informe “sobre estos, y otros, puntos,” dijo la diócesis. La carta será publicada en la página web de la diócesis después de ser enviada, según el comunicado. Puede leer el comunicado completo en la página web de la diócesis.
El informe publicado el martes describe un encubrimiento extensivo y de gran alcance, presuntamente perpetrado por los líderes de la iglesia en Pennsylvania durante un período de siete décadas, en el cual, según el informe, los miembros del clero abusaron sexualmente de 1,000 niños y jóvenes.
El gran jurado determinó que los administradores de la diócesis de Allentown, incluyendo los obispos, tenían conocimiento del abuso sexual por parte del clero y, no obstante, continuaron asignando a los ofensores en cargos ministeriales. La diócesis llevó a cabo acuerdos secretos con las víctimas que les exigía su silencio, según se explicó en el informe del gran jurado. Los administradores de la diócesis, incluidos los obispos, “ a menudo disuadieron a las víctimas de informar a la policía o realizaron sus propias investigaciones, en muchos casos deficientes, sin informar de los crímenes contra los niños a las autoridades correspondientes,” dijo el informe.
Barres es uno de los seis obispos de la Diócesis de Allentown nombrados en el informe del gran jurado del Tribunal Supremo, que abarca el período comprendido entre 1961 y la actualidad.