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Defensor de la reinserción social de presos explica ante organización cívica por qué esta iniciativa es importante para la comunidad local

Kyle Braunskill en la reunión mensual de FRNCA el lunes pasado. Foto: Maria Piedrabuena

Una audiencia, visiblemente emocionada, de vecinos y amigos escuchó una presentación sobre programas de reinserción de presos, además de mentores juveniles y consejeros para niños por parte del director ejecutivo de Safe Harbor y fundador de New Day, Kyle Braunskill en la reunión anual de la Asociación Comunitaria de Flanders, Riverside y Northampton (FRNCA, por sus siglas en inglés) la noche del lunes.

Fundada en 2002 por Roy Kirton, Safe Harbor es una organización sin ánimo de lucro que se ha enfocado en ayudar a personas encarceladas a reingresar efectivamente a la sociedad fomentando una relación con ellos antes de ser puestos en libertad, un aspecto clave de su programa.

“La reinserción no puede comenzar cuando sales de la prisión,” dijo Braunskill. “Intentar reingresar en la sociedad es como intentar saltar de una cinta en movimiento, el proceso necesita empezar desde antes, dentro de las cárceles.”

Aunque ir a la prisión representa un castigo por cualquier tipo de crimen que alguien haya cometido, y que cuando te liberan, tu vida continúa, la realidad es mucho más compleja, y las consecuencias de haber ido a prisión seguirán a el ex-presidiario durante toda su vida, comentó Braunskill.

Desde ser incapaz de encontrar un trabajo o que se le niegue una carrera profesional, hasta no poder obtener una licencia de conducir, así como lidiar con problemas emocionales, psicológicos y abusos de sustancias derivados del razonamiento de “no poder hacer frente a la situación,” la alta tasa de reincidencia no es sorprendente, dijo.

“Cuando alguien está intentando rehacer su vida, es muy difícil no retroceder si tienes todos estos factores en tu contra,” dijo Braunskill.

Según un informe de 2014 del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, el 67.8 por ciento de los 404,638 prisioneros estatales que fueron liberados en 2005 en 30 estados, fueron arrestados dentro de los tres años desde su liberación, y un 76.6 por ciento fueron arrestados dentro de los cinco años desde su puesta en libertad, cifras que organizaciones como Safe Harbor luchan por disminuir.

“La clave es la comunidad,” explicó Braunskill. “Somos tan fuertes como nuestro eslabón más débil.”

Un grupo que ha sobrevivido durante años casi sin recursos, Safe Harbor es una labor de amor y compromiso de tiempo que ha construido una fuerte red de aproximadamente 35 voluntarios dirigidos carismático y voz suave Braunskill, quien quiere llevar la organización al siguiente nivel.

Inspirado por el trabajo que hace en Safe Harbor, Barunskill quiere además incluir a aquellas personas que no han sido aún encarceladas, pero que pueden estar en riesgo. Con esto en mente, el año pasado fundó “A New Day,” una organización sin ánimo de lucro que busca identificar a jóvenes de las áreas de Flanders, Riverside, Northampton y Riverhead, asesorandolos y entrenándolos de manera preventiva.

La idea, dijo Braunskill, era crear un plan de estudio en el que se mantuvieran en comunicación constante con niños a partir de los ocho años de edad, así como asignarles entrenadores que puedan guiarlos y ayudarles a “desaprender conductas negativas aprendidas.”

“Y quién mejor que los antiguos reclusos que han salido y han reingresado en la sociedad con éxito,?” dijo. “Es una forma de contribuir y, con nuestra orientación, ellos son los mejores mentores que los niños pueden tener,” dijo.

Los programas de Safe Harbor y New Day están siendo implementados con éxito, algo que Braunskill compartió con el recién electo sheriff del condado de Suffolk, Errol Toulon, recientemente. El sheriff ha apoyado realizar reformas con respecto a la reinserción, comentó Braunskill.

“Más que nadie desde que estoy aquí, [Toulon] ha estado abierto [a la idea] y trabajando para trabajar en esa dirección,” dijo.

“Riverhead en este momento es conocida por tener una instalación penitenciaria, pero debería ser también conocida por tener la infraestructura para ayudar a las personas a reingresar a la sociedad.”

Braunskill mencionó que, como parte de esas reformas, la reinserción solo puede ser exitosa si los programas comienzan pronto y se establece una relación con los reclusos antes de su liberación. Por ejemplo, Safe Harbor les hará completar un cuestionario para identificar cuales son sus puntos fuertes y que necesitarán una vez que salgan.

Algunas personas pueden necesitar tomar medicación, necesitan asesoramiento sobre abuso de sustancias, algunas pueden necesitar asistencia financiera, mientras que otro tienen experiencia profesional o tienen una red de seguridad en que la pueden confiar.

Trabajan caso por caso, dijo, y difunden su trabajo de boca en boca para llegar a posibles patrocinadores y empleadores. A través de red de contactos de iglesias y otras organizaciones, pueden ayudar a cientos de personas a conseguir trabajo, reconectar con sus familias, superar un programa de 12 pasos, entre otras cosas.

“Intentamos enseñarles cómo ver su vida de diferente manera desde que están en prisión, y a entender la diferencia entre realidad y verdad, de modo que cuando salen saben qué esperar,” dijo.

A pesar de que ahora es un empresario exitoso, propietario de una vivienda y comprometido a defender la reinserción de reclusos, como ex-recluso que volvió a reingresar exitosamente a la sociedad gracias a la ayuda que encontró en la comunidad, Braunskill aprendió de la peor manera cómo una serie de malas decisiones pueden poner tu vida patas arriba y, según dijo, una vez en la cárcel, no es más fácil.

Un buen estudiante que creció con una vida estable, Braunskill, sufrió una serie de eventos que lo llevaron a tomar malas decisiones mientras se encontraba en la universidad, dijo. Su mejor amigo se ahogó, su casa se incendió y otro amigo fue acusado de un delito y sentenciado a 25 años de prisión. De repente, dijo, estaba viviendo con otras nueve personas, incluidos sus hermanos y padres, en una casa móvil de dos habitaciones.

“Sentí que tenía que hacer algo, tenía que ser el salvador de la situación,” comentó. Una decisión que lo llevaría a su propia condena penal y una sentencia de 20 años.

“La cárcel te destruye,” dijo. “Ingresas allí porque tienes problemas a la hora de tomar decisiones y una vez estás allí, te quitan la habilidad de tomar decisiones por ti mismo. Te dicen cómo vestirte, qué comer… y luego cuando te liberan, sales y debes ser autosuficiente y productivo, es muy duro.”

Es algo que el ex-concejal de Southampton y convicto recién liberado, Brad Bender, quien se encontraba el lunes por la noche entre la audiencia, sabe de primera mano.

“Después de estar dentro, la cárcel te destruye,” dijo, después de agradecer a Braunskill profusamente por su presentación.

Bender comentó que él se había preparado financieramente con antelación antes de ser encarcelado por la conspiración de distribuir oxicodina hace dos años y ha trabajado para mantenerse libre de drogas tanto en la cárcel como fuera, y el pasado martes celebró sus dos años y cuatro meses de sobriedad, pero la transición no ha sido fácil.

“Asumo total responsabilidad por lo que hice, pero el regreso, volver a mi propia comunidad, que la gente me dé la espalda, diciendo cosas que no son ciertas sobre ti, lo hace más difícil,” dijo.

Al escuchar a Bender y Braunskill, muchos presentes en la audiencia no pudieron contener las lágrimas, reconociendo el profundo dolor causado por el abuso de sustancias, los crímenes, el encarcelamiento y la reincidencia.

Como grupo de vecindarios estrechamente unidos, las comunidades de Flanders, Riverside y Northampton históricamente han recorrido una cuerda floja entre los barrios más pudientes al este de Southampton, de la que forman parte, y la comunidad al norte, Riverhead, con la que comparten no solo un límite físico, sino también escuelas, una biblioteca, código postal, y es una relación en ocasiones fracturada.

El enlace comunitario de Riverside Rediscovered, Siris Barrios, comentó que muchos factores contribuyentes históricamente han puesto a esta área en desventaja económica, marginando a las comunidades en la esquina noroeste de Southampton.

La residente de Flanders, Kathy Fioto Kruel, quien lloraba mientras recordaba a su sobrino Brian que fue asesinado en 2001, habló de su experiencia en el vecindario, creando un grupo de vigilancia del vecindario, lidiando con narcotraficantes y enfrentándose a armas de fuegos, así como “ofrecer a niños locales una oportunidad.”

“Este es el momento en que necesitamos enseñarles a los niños que hay todo un mundo fuera de ese rincón, necesitamos decirles que ‘salgan de él’, algunos niños escucharán y llevarán buenas vidas, otros no, porque no conocen otra cosa, necesitamos ayudarles para que cuando regresen sientan que forman parte de la comunidad,” dijo.

La junta de FRNCA y sus miembros cerraron la reunión con un compromiso de proporcionar alrededor de 600 dólares a Safe Harbor y New Day para que pueden contratar a alguien que cree la página web para las dos organizaciones.

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Maria Piedrabuena
María del Mar es editora y reportera multimedia de RiverheadLOCAL en Español y ganadora de varios premios por su trabajo periodístico. Ha trabajado para varios medios de comunicación, incluyendo News12 y la revista Fortune. Se graduó de la Universidad Stony Brook con títulos en periodismo y estudios de género. Correo electrónico Maria.