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‘¿Me pasará a mi también, mami?’ La crianza en la era de los tiroteos escolares

PARKLAND FL - 15 FEBRERO: Ceremonia conmemorativa con velas por las víctimas del tiroteo en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas en Pine Trail Park el 15 de Febrero de 2018 en Parkland, Florida. Foto de: mpi04/MediaPunch/IPX

Mi hijo me rompió el corazón ayer. No lo hizo a propósito, pero con una pregunta inocente—una súplica de seguridad de un hijo a una madre—lo hizo.

De alguna manera, como suelen hacer los niños, se dio cuenta de la horrible e indescriptible tragedia que mató a 17 personas en una escuela secundaria en Parkland, Florida. Como padres, mi esposo y yo habíamos decidido no hablar sobre este evento en particular en nuestro hogar, para proteger a nuestros hijos que aún están en primaria. Es una temática demasiado recurrente, está demasiadas veces presente en las noticias, que consideramos que era mejor no compartir con ellos la terrible tragedia y el dolor que acarrea.

Nuestro razonamiento fue que ya habíamos hablado sobre las armas y la violencia, sobre los cierres de emergencia y los simulacros y otros temas complicados de la mejor manera educativa posible, siempre tranquilizándolos, pero esta matanza de niños en escuelas y personas que asisten a conciertos o van al cine, y otras personas inocentes, es demasiado frecuente y macabra, para normalizarla como una conversación de tipo “Hubo otro tiroteo en una escuela hoy, alcánzame la ensalada.”

Pero, que equivocados estábamos. Mi hijo se enteró de todos modos, y con eso llegaron las preguntas: “¿Por qué? ¿Cómo? No lo entiendo.” Y lo peor de todo… “¿Me pasará a mí también, mami? ¿Estás completamente, 100 por cien segura y de verdad que no me pasará a mí, mami?”

No pude contestarle inmediatamente. Se formó un nudo en mi garganta y lágrimas empezaron a deslizarse por mis mejillas. Las imágenes de la tragedia aún están demasiado recientes y los testimonios de los supervivientes aún en mi mente. Pasados unos segundos, me di cuenta que mi hijo seguía mirandome fijamente, sin entender mi reacción. “No, esto nunca te pasará a ti ni a tus amigos. Tu estás a salvo, estoy segura,” le dije.

Pero ¿puedo estar, honestamente y cien por cien segura de que nunca le pasará a él? —No, y no puedo dejar de pensar en ello.

No dudo que los padres y familiares de esos 14 niños y tres adultos que murieron en Parkland pensaron que nunca les pasaría a ellos. Estoy segura, que como yo ahora, consideraron este hecho como una imposibilidad lejana. Sin embargo, pasó, y me di cuenta que no había sido sincera con mi hijo. No estoy segura de que no le pasará nada a mi hijo… la verdad es que tengo miedo, estoy desolada por los que murieron, tengo el corazón roto por la idea de que mi hijo necesite la seguridad de que estará bien en la escuela, y además, estoy furiosa. Mi cabeza y mi corazón están sumidos en una maraña de emociones que no he podido parar de sentir.

¿Qué nos pasa como sociedad que algo tan fundamental como una simple rutina de decirles adiós a nuestros hijos por la mañana antes que se vayan a la escuela se pueda convertir en una despedida final y devastadora?

¿Qué nos pasa como sociedad que no podemos corregir este mal que es innegable, categóricamente e indiscutiblemente perverso después de tantos años de tragedias y de ‘pensamientos y oraciones’?”

Sé que para las escuelas de todo el país, la seguridad de los estudiantes es su principal prioridad. Lo sé. La superintendente del Distrito Escolar Central de Riverhead, Aurelia Henriquez, envió una carta a los padres esta semana para tranquilizarlos , detallando todas las medidas que el distrito ha implementado.

“Tras el trágico e inconcebible acto de violencia ocurrido en Florida a principios de semana, extendemos nuestras condolencias y plegarias a los familiares y amigos de las víctimas en la Escuela Secundaria de Marjory Stoneman Douglas,” escribió Henriquez en la carta.

“Nuestras escuelas están equipadas con un exhaustivo plan [de acción en situación] de crisis para guiarnos a través de una variedad de situaciones de emergencia, si se presenta la necesidad,” dijo, y añadió, “con la ayuda de la policía local, estos planes son revisados anualmente y actualizados [tantas veces] como sea necesario.”

También adjuntó una lista de pautas de la Asociación Nacional de Psicólogos Escolares con recursos sobre qué pueden hacer los padres y cuidadores, y cómo hacerlo, para ayudar a los niños a lidiar con noticias tan devastadoras como esta.

Otros distritos escolares del East End también han enviado mensajes similares.

El Distrito Escolar de Hampton Bays publicó un mensaje en su cuenta de Twitter, “#WeAreHB y todo nuestro apoyo va a las víctimas en FL esta noche. La seguridad y bienestar de los estudiantes es la máxima prioridad. Cuando envíes a tus hijos mañana a la escuela, nuestro personas está preparado para amarlos y cuidarlos. Si podemos brindarles más apoyo durante este momento tan difícil, por favor contáctenos.”

Pero como madre, considero que podemos hacer más que tan solo confiar en que nuestras escuelas mantengan a nuestros hijos a salvo.

Somo los colaboradores que ellos necesitan para asegurar que sea así. Queremos garantizar que tengan una buena educación, que no sean acosados, que no se les haga bully, que sean felices… pero primero debemos asegurarnos que nunca se enfrentarán con un loco armado dentro de la escuela, o en un concierto, en el cine, o en ninguna otra parte.

Al crecer en un país europeo, donde las armas son una ocurrencia que solo se ve en la televisión, me ha llevado mucho tiempo comprender la relación de los Estados Unidos con las armas. Pero, ¿sabes qué? Honestamente, ya no me importa en que lado del debate sobre las armas te encuentres, las amas o las odias, es irrelevante. Al final, todo es lo mismo…. La. Gente.Se.Está.Muriendo y Punto. ¿Qué vamos a hacer al respecto?

Cuando ocurrió la tragedia de Sandy Hook en 2012, donde 20 niños de entre seis y siete años murieron baleados por un joven, mi hijo tenía cinco años, casi la misma edad de los pequeños que murieron ese día. Ahora tiene casi once años. Derramé lágrimas ese día por Newtown, como lo hice también esta semana por Parkland. ¿Qué ha cambiado en la política desde entonces? Nada.

Pero cientos, si no miles, están muertos por la violencia de armas.

Debemos actuar. Debemos ser los guardianes de nuestros hijos, de nuestros vecinos y de nuestro futuro.

Una entrevista que vi recientemente en la televisión me hizo pensar como nada antes lo había hecho. Nicole Hockley, madre de Dylan, uno de los niños asesinados en 2012, es una de las fundadoras y directoras de Sandy Hook Promise, una organización nacional sin ánimo de lucro que busca “honrar a todas las víctimas de la violencia de armas (…) al proporcionar programas y prácticas que protegen a los niños y previenen la pérdida de vidas, sin sentido y trágicas.”

La misión de detener la crisis de las muertes por arma se ha vuelto su razón de vida. A través de su dolor, resumió una serie de herramientas y todos deberíamos estar familiarizados con ellas.

“Las armas no se irán. Pero armar a más personas, o a los profesores, tampoco es la solución,” dijo con voz quebrada.

Esto es lo que debemos saber como padres si queremos que las cosas cambien:

  • “The STOP School Violence Act,” (Proyecto de Ley DETENER la Violencia Escolar): Este es un proyecto de ley que fue presentado a la Cámara de Representantes el mes pasado y que ofrece a los estados la financiación necesaria para crear programas de prevención de violencia en las escuelas.
  • Órdenes de Protección de Riesgo Extremo: Estas son leyes estatales similares a las de violencia doméstica, que permiten a las familias y cuerpos policiales solicitar a los tribunales que suspenda temporalmente el acceso a armas de fuego de una persona si hay evidencia registrada de que un individuo amenaza con herir a otro o a ellos mismos, según la organización sin ánimo de lucro Brady Campaign. Actualmente Conneticut, California, Washington y Oregón han aprobado leyes que incluyen estas órdenes. Los demócratas en Nueva York presentaron una serie de medidas de control para armas de fuego en el Senado del estado a principios de mes que incluía las órdenes de protección de riesgo extremo.
  • Conoce las Señales de Advertencia: Según la Asociación Nacional de Enfermedades Mentales, para adolescentes y adultos “intentar saber cuál es la diferencia entre los comportamientos esperados y lo que pueden ser signos de enfermedades mentales no siempre es fácil,” pero hay señales comunes en enfermedades mentales que podemos identificar y enseñar a otros a identificar. Aquí se encuentra la lista completa.
  • Organizaciones y Grupos: Familiarícese, y si puedes, dona a grupos con buena reputación y organizaciones que están trabajando activamente para prevenir la violencia de armas. Algunas de ellas incluyen: Sandy Hook Promise, The Brady Campaign to Stop Gun Violence, The Coalition to Stop Gun Violence, Everytown for Gun Safety, Giffords Courage to Fight Gun Violence, Centro Legal para la Prevención de Violencia de Armas, Moms Demand Action for Gun Sense in America.
  • Política: ¿Qué han votado los representantes/asambleístas/senadores de tu distrito sobre este tema? ¿Cuál es su postura política al respecto? Contacte con ellos y dejeles saber que quiere que las cosas cambien.
    • Senador Federal Charles Schumer: 631-753-0978
    • Senador Federal Kirsten Gillibrand: 631-249-2825
    • Representante Lee Zeldin, Primer Distrito del Congreso: 631-289-1097
    • Senador Estatal Ken LaValle: 631-473-1461
    • Miembro de la Asamblea Anthony Palumbo (Segundo Distrito, que incluye Riverhead y North Fork): 631-727-0204
    • Miembro de la Asamblea Fred Thiele (Primer Distrito que incluye Riverside, Flander y South Fork): (631) 537-2583
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Maria Piedrabuena
María del Mar es editora y reportera multimedia de RiverheadLOCAL en Español y ganadora de varios premios por su trabajo periodístico. Ha trabajado para varios medios de comunicación, incluyendo News12 y la revista Fortune. Se graduó de la Universidad Stony Brook con títulos en periodismo y estudios de género. Correo electrónico Maria.