A pesar de que disfrutamos de manera entusiasta del cambio de clima cuando llega el verano, es cierto que las cálidas temperaturas en ocasiones resultan abrumadoras.
Muchos nos ayudamos de aires acondicionados, ventiladores, el agua fresca de la playa, la piscina, o simplemente de la ducha para hacerle frente al bochorno que nos azota con el calor.
Una buena manera de refrescarse es tomar bebidas bien frías. Y una aliada perfecta para las noches de verano en compañía es la sangría española.
En España, el verano es sinónimo de días largos, un sol radiante, playa y exquisita comida y bebida en las terrazas de los restaurantes. Indudablemente se puede comer muy bien durante todo el año en el país, pero el verano ofrece otro paisaje, otro aroma y otro ritmo a las comidas, en especial las cenas españolas.
La sangría es la bebida más común para disfrutar en la temporada de verano, por la combinación de sabores y lo refrescante que resulta para acompañar a cualquier plato o tapa.
Su popularidad está tan extendida que muchos turistas conocen esta bebida incluso antes de pisar el país, y se ha exportado a otros lugares del mundo como uno de los símbolos de la gastronomía española. Actualmente, la normativa de la Unión Europea no permite que se vendan productos con el denominativo de Sangría a menos que se haya producido en España o Portugal, por lo que el resto de países debe denominar su producción de sangría como vino especiado.
Existen documentaciones sobre varios orígenes, lo que hace que sea complicado determinar donde surgió la bebida realmente. Una de las teorías dice que fue una bebida creada por los ingleses que habitaban en las colonias de las Antillas a finales del siglo XVIII; otra versión muy conocida es la que surgió en España, más concretamente en la comunidad autónoma de Andalucía, donde según dicen, a principio del siglo XIX, unos campesinos locales decidieron añadir fruta a un contenedor de vino de baja calidad, agregando además especies, azúcar y brandy, y de esta manera obtuvieron el aroma y el sabor con el que asociamos la sangría española.
Sea cual sea su verdadero origen, sin duda los ingredientes básicos no varían demasiado entre una y otra receta, por lo que es muy fácil que cualquier persona pueda hacer una deliciosa sangría. Sin embargo, la receta que sigue a continuación parte de la sangría más tradicional en España.
Prepara una gran jarra de sangría fresca para compartir con familiares y amigos durante las calurosas noches de verano.
INGREDIENTES
1 Botella de vino tinto joven
2 tazas de zumo de naranja natural
½ taza de zumo de limón natural
1 taza de gaseosa o agua con gas o refresco de naranja o limón
¼ de taza de licor (brandy, cognac, whiskey, contreau o ron) (opcional)
1 rama de canela
Para el almíbar (opcional)
1 cucharada de azúcar
1 cucharada de agua
Fruta
1 naranja
1 limón amarillo
1 durazno
1 manzana
6 cerezas cortadas por la mitad y deshuesadas
PREPARACIÓN
1. En una olla pequeña introduce el azúcar con el agua y calienta a fuego bajo hasta que se disuelva completamente el azúcar. Deja enfriar.
2. Introduce toda la fruta cortada en rodajas o trozos en una jarra de cristal de dos litros, (excepto la naranja y el limón). Agrega el vino, los jugos y el licor. Añade, también, el almíbar y la canela. Mezcla bien con una cuchara de palo.
3. Deja reposar durante 1 a 2 horas, puede ser dentro o fuera de la nevera (si la dejas a temperatura ambiente se traspasarán mejor los sabores, sin embargo en la nevera te aseguras que esté bien fría).
4. Antes de servir, agrega el hielo y la gaseosa/agua con gas/refresco de naranja/refresco de limón y el resto de fruta (naranja y limón en rodajas)
Sirve en vasos individuales con un poco más de hielo.
¡Buen Provecho!