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Familia y amigos se unen para ayudar a una pareja que lo perdió todo cuando se incendió su casa

Ida Flores supervisa los restos calcinados de su casa el día después que las llamas arrasaran con todo.
Foto cortesía: Danny Brecht

En un instante, lo perdieron todo.

Carlos e Ida Flores todavía están intentando comprender la magnitud de su pérdida: la casa en la que vivieron los últimos ocho años, todas sus pertenencias y, posiblemente, su preciosa gata Fiona.

La pareja de Calverton perdió todo excepto la ropa que llevaban puesta, cuando un incendio destruyó su casa dentro del complejo de casas móviles de Lakewood el miércoles por la mañana.

Ida Flores y su hermana, quien estaba de visita desde Florida por las fiestas, se encontraban ambas aún en pijama, relajadas y disfrutando de la compañía mutua.

“Ella me dijo que algo olía mal,” explicó Flores. “Mi sentido del olfato no es muy bueno, por lo que miré alrededor y cuando vi en la lavandería [me di cuenta que] había humo saliendo de la secadora.” Ella abrió la puerta de la secadora y se encontró una ropa quemada. Del interior salió una nuve de humo espeso. Flores desenchufó la maquina y abrió la ventana pero el humo hizo disparar rápidamente las alarmas de incendio y monóxido de carbono. “Era tan espeso que inmediatamente comenzamos a toser.”

“Yo dije ‘Tenemos que salir de aquí’ y salimos corriendo de la casa en pijama,” dijo Flores.

Ida Flores con su gata. Foto cortesía: Ashlë Rastello

Los bomberos empezaron a llegar, un vecino que había visto el humo llamó al 911. Ella usó el teléfono de un vecino para llamar a su esposo, quien no se encontraba en la residencia en el momento cuando ocurrió la tragedia.

“Sólo rezo para que mi pequeña gatita haya salido viva… mi dulce pequeñita,” dijo Flores, reaccionando emocionalmente. “Todo lo demás… todo quemado, pero sólo espero que ella consiguiera salir.” La gatita, a la que la pareja había rescatado antes de las fiestas, no ha sido vista desde el incendio, comentó. Su vecina de al lado le hizo una casita exterior para ofrecerle a la gata un refugio cálido y una cama en caso que escapara. “Estoy tan preocupada de que ella se haya escondido debajo de la cama o algo,” dijo Flores.

Flores, de 78 años y asistente de profesor jubilada que ahora trabaja cuatro días a la semana para BOCES (Junta Cooperativa de Servicios de Educación) haciendo visitas domiciliarias, explica que ella adora a los niños y le encanta su trabajo.

“Ni si quiera me parece un trabajo, porque me encanta,” dijo. “Les di el mismo consejo a mis hijos. Hacer lo que más te guste y nunca tendrás que ‘trabajar’ un solo día en tu vida.” Sus tres hijas se convirtieron en maestras.

Carlos Flores, de 80 años, es un contable retirado. Ellos dependen de su cheque de pensión de la seguridad social y el salario de ella para llegar a fin de mes. Desafortunadamente, éste año dejaron expirar el seguro de hogar para su casa, porque pasó a ser muy caro, dijo Flores. Fue una decisión de la que ahora se arrepienten enormemente.

Compraron la casa móvil en 2009 a Diana Ruvolo, quien se mudó a otra unidad a la vuelta de la esquina, porque un incendio en la casa vecina habría cobrado la vida de su mejor amiga en mayo.

“No podía continuar viendo [la casa],” comentó Ruvolo, “y cuando ésta casa se puso en venta, la cogí.” Ahora, una casa a poca distancia de Ruvolo se ha desocupado porque el propietario falleció. El hijo de la señora ofreció la casa, que está amueblada, a la familia Flores para que tengan un lugar donde alojarse. Él también pagó el alquiler del mes de enero.

“Estamos muy agradecidos,” dijo Ida Flores. “Tenemos donde refugiarnos y tiempo para resolver que vamos a hacer ahora.”

Ashlë Rastello, una de los seis nietos de la pareja, dijo que sus abuelos “siempre han dado más a otras personas incluso antes de pensar en ellos mismos.” Además dijo que espera que todo ese “buen karma regrese” a ellos en su momento de necesidad.

Una amiga cercana de la familia creó una página de GoFundMe para recaudar dinero con el fin de ayudarles a rehacer sus vidas.

“Ni siquiera sabía que ella lo había hecho,” dijo Flores. “Es muy amable de su parte.”

“Conocer a ésta familia es conocer el amor y la compasión,” escribió Amber Cassaro Amature en la página de GoFundMe.

Conocidos por todos como “Abukia” y “Tata”, apodos otorgados por sus nietos, ellos siempre han sido los primeros ayudar a los más necesitados, escribió Amature.

Rastello comentó que una cita del libro favorito de su abuela, “El Principito”, describía a la perfección a sus abuelos: “Sólo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible para los ojos.”

A pesar de la tragedia que soportaron ésta semana y el incierto futuro que les espera, Flores se llena de orgullo al hablar de su familia, que al final, según ella, es lo que realmente importa.
Ella describe a cada uno de ellos con cariño: sus familias, sus trabajos, hasta sus calificaciones de SAT (examen de admisión a la universidad).

“Estoy tan agradecida,” dijo. “Cuando vaya el domingo a la iglesia el domingo, me arrodillaré agradeciendo a Dios por salvar nuestras vidas y por bendecirnos con tan maravillosa familia, amigos y vecinos, y por los cuerpos de emergencia que vinieron a rescatarnos. Fueron magníficos,” comentó Flores. “No se puede pedir a mejores personas cuando tienes un problema como ese.”

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Denise Civiletti
Denise es una reportera veterana y editora local, una abogada y ex concejala de Riverhead Town. Su trabajo ha sido reconocido con numerosos premios, incluyendo un premio "escritor del año" de la Asociación de Prensa de Nueva York en 2015. Es fundadora, propietaria y coeditora de este sitio web. Correo electrónico Denise.