Han transcurrido ocho años tumultuosos para Sean Walter, abogado de Wading River y antiguo presidente del Partido Conservador de la ciudad que, con la candidatura republicana, derrocó al demócrata titular en 2009 y presidió una junta municipal enteramente republicana durante el resto de su mandato.
Sin embargo el gobierno de un solo partido no significaría una tarea fácil para Walter, quien regularmente estaba en desacuerdo con otros miembros de la junta, líderes de su propio partido y los que fueron sus aliados en anteriores ocasiones. Inclusive su amigo, asesor político y confidente Anthony Coates, a quién Walter respaldó en unas primarias en 2013 para arrebatarle la nominación republicana de la concejala en funciones y rival de Walter, Jodi Giglio, se volvió contra él. Coates cambió el registro de afiliación de partido y se presentó contra él con una candidatura demócrata hace dos años, en un año electoral en el que el Partido Republicano le denegó a Walter la nominación en su intento por la reelección. Walter se presentó por el Partido Conservador, defendiéndose de los ataques de Coates en una carrera a tres bandas en la que Giglio fue la abanderada del partido. El PBA de la policía del condado de Suffolk tomó un interés inusual en las elecciones y gastó mucho dinero condenando al supervisor en funciones y apoyando la candidatura de Giglio.
El hecho es que, en sus ocho años en la mejor oficina del Ayuntamiento de Riverhead, Walter enfadó a mucha gente, y a él nunca pareció importarle. El atrevido ex-fiscal municipal adjunto, acusado por muchos detractores como arrogante y egoísta, “Siempre es ‘se hace a mi manera o a la calle’ con Sean,” era una queja común, alienó o enojó a muchas personas que trataron con él.
Walter, un católico devoto, profesa seguir sus convicciones y considera que la mano de Dios está presente en su vida y en su carrera.
“Dios me puso aquí y si Dios quiere que haga otra cosa, así será como decidirá el resultado de ésta carrera,” dijo Walter antes de las elecciones de noviembre cuando perdió su candidatura para el quinto término en el cargo.
Dios le envió un mensaje a Walter el 7 de noviembre y el supervisor invalidado se apresuró a prestarle atención. Ha estado ausente en gran parte del ayuntamiento desde el día de las elecciones, cuando comenzó a enfocarse, según dijo, en retomar su práctica legal y ganar suficiente dinero para cubrir sus gastos.
“Me llevó alrededor de 24 horas superarlo,” comentó sobre su derrota. “A nadie le gusta perder, pero todo saldrá bien,” dijo Walter en una entrevista en su despacho de abogados en Wading River el 18 de diciembre.
“Es gracioso como así de rápido, eres agua pasada,” comentó. “No he recibido una sola llamada diciéndome que debo volver a la oficina desde el día de las elecciones.”
Walter dijo que él no se arrepiente de nada y como reflexión, no haría nada de forma diferente.
“Observo lo que hemos conseguido en ocho años y creo que es algo casi fenomenal,” dijo.
Cuando Walter asumió el cargo en enero de 2010, después de ganar “en 2009 porque Barack Obama estaba intentando socializar la medicina y la gente se manifestaba y estaban enojados,” dijo, él describió tres objetivos: organizar la oficina del fiscal municipal, revitalizar el centro de la ciudad y desarrollar el Enterprise Park (Parque Empresarial) de Calverton. Reiteró estos objetivos en cada discurso anual sobre el “estado de la ciudad” desde el primero en febrero de 2010 hasta el último en 2016.
Desde el punto de vista de 2017, Walter opina haberlo logrado.
La salud fiscal de Riverhead
El nuevo supervisor en 2010 hizo que ajustar el presupuesto de la ciudad fuera su principal prioridad. Cuando asumió el cargo, heredó un déficit presupuestario que el administrador financiero William Rothaar calculaba en 7.3 millones de dólares. En los ocho años anteriores, el ayuntamiento había estado usando su saldo de fondos, principalmente el dinero pagado por un potencial desarrollador de las opciones para la propiedad del Enterprise Park de Calverton, para cerrar la brecha presupuestaria y evitar aumentos en los impuestos, dijo Rothaar. El saldo de fondos se había reducido de un 30 por ciento del presupuesto del ayuntamiento a un 13 por ciento llegado el año fiscal 2010, cuando era de 6 millones de dólares. El presupuesto de Walter tomó 2.5 millones de dólares de la reserva en 2011 y 2012, dejando 2.5 millones de dólares en la reserva de fondos, el mínimo permitido.
“Ahora tenemos un presupuesto equilibrado,” anunció Walter este mes.
Llegar allí no fue un proceso sin dificultades. En su primer año, Walter “confiscó” el presupuesto e implementó un congelamiento de los gastos, requiriendo que cada gasto fuera examinado por su jefe de personal. El primer presupuesto de Walter, para el año fiscal 2011, requirió que el ayuntamiento despidiera el diez por ciento de su plantilla, que de dispuso a reestructurar. Y los presupuestos para 2016 y 2017 requirieron que el ayuntamiento trasladara la limitación del dos por ciento de la recaudación tributaria impuesta por la ley estatal, lo que hacía que los propietarios de viviendas en Riverhead fueran inelegibles para el reembolso “por congelación tributaria” estatal de los impuestos de propiedad.
La tarifa de impuestos pasó de 45.234 por 1000 dólares de tasación oficial en 2011, el primer presupuesto de Walter, a 54.091 por 1000 dólares en 2018, su presupuesto final, un aumento general de 24.7 por ciento. Es un aumento de las tarifas de impuestos con un promedio de 2.45 por ciento por año. En comparación, el aumento en la tarifa de impuestos de la ciudad en los ocho años anteriores fue del 39.5 por ciento, de 3.088 por 1000 dólares en 2003 a 43.376 en 2010.
Durante los ocho años de la administración de Walter, la tasación fiscal de la ciudad creció en más del 33 por ciento, a 274,617,192 de dólares y cruzó el umbral de mil millones de dólares por primera vez en su historia.
La tasación fiscal de las propiedades exentas también aumentó desde el 2010 al 2018, por más de 6.2 millones de dólares. Más de la mitad de ese aumento se atribuye al incremento en el valor tasado exento debido a las exenciones de impuestos de la Agencia de Desarrollo Industrial, algo que los críticos de Walter le reprochaban. Pero las exenciones de la Asociación Internacional de Fomento (AFI, por sus siglas) en general representan un poco menos del 8 por ciento de todas las exenciones de impuestos a la propiedad en la ciudad.
La revitalización del centro de la ciudad
El segundo objetivo más importante de Walter era resucitar el centro de Riverhead. La Main Street de Riverhead fue una vez el centro comercial del East End. Para el momento en que Walter asumió su cargo en enero de 2010, esos días ya habían desaparecido. Los comerciantes acudieron en masa a las plazas comerciales de la Ruta 58 a partir de la década de los años 70, una tendencia que continuó entrado el siglo XXI. La zonificación adoptaba para implementar el plan maestro de 2003 tenía como objetivo mejorar el estatus de la Ruta 58 como el corredor de “destino comercial” del East End.
La construcción de varios desarrollos comerciales significativos y altamente visibles en la Ruta 58 durante el mandato de Walter (Walmart, Costco, Dick’s Sporting Goods, Lowe’s), combinado con la reconstrucción por parte del condado de Suffolk de la Ruta 58 convirtiéndola en una autopista de 4 carriles, todo ocurrió bajo la supervisión de Walter. Esto condujo a una critica errónea. La zonificación de la Ruta 58 se adoptó años antes que Walter se convirtiera en supervisor. La expansión de cuatro carriles de la carretera del condado, completada de alguna manera, el legislador en aquel entonces Ed Romaine se quejó de que era una “obra barata” del condado, sin arcenes , carriles de cambio de sentido o carriles especiales para paradas de autobus, molestó a los residentes locales. El supervisor municipal se llevó la culpa de ambos. El persistente mito, alimentado por sus oponentes políticos, que el desarrollo de la Ruta 58 fue cubierta por los contribuyentes en forma de exenciones de impuestos de AIF que también persigió Walter.
El distrito céntrico de la ciudad fue un objetivo temprano para el recién electo supervisor. En su segundo mes en el cargo, convocó una “cumbre del centro de la ciudad,” reuniendo a propietarios, empresarios, agentes inmobiliarios y funcionarios del gobierno para discutir sobre lo que la ciudad necesitaba conseguir para revitalizar la calle Main Street.
Walter se apresuró a resolver el litigio entre el ayuntamiento y el propietario del Suffolk Theater, allanando el camino para completar la renovación del antiguo palacio de cine art deco de 1930 y convertirlo en un centro de artes escénicas. Abrió sus puertas en marzo de 2013.
Durante el mandato de Walter, los propietarios del acuario Atlantis Marine World desarrollaron un hotel adyacente y un centro de conferencias, el Hyatt East End y el Salón Sea Star.
Se construyó el Summerwind Square, con 52 apartamentos de alquiler de viviendas para trabajadores encima de la planta baja de uso comercial y de restauración. Una constructora de East Hampton compró una tienda abandonada de los antiguos grandes almacenes Woolworth y renovó el edificio para acomodar un gimnasio, tres tiendas y 19 apartamentos para trabajadores. El desarrollador del acuario/hotel compró y renovó el edifico histórico East Lawn así como la casa histórica en la esquina de Ostrander Avenue y East Main Street, las cuales renovaron para convertirlas en un restaurante y un hotel boutique, actualmente en construcción, frente al Hyatt.
Otros dos edificios de apartamento de trabajadores para uso mixto en la Main Street fueron aprobados durante la administración de Walter: Peconic Crossing, un edificio de 45 unidades en West Main Street y Riverview Lofts, un edificio de 115 unidades en East Main Street y McDermott Avenue.
Las viviendas residenciales pendientes llevaron a criticar a Walter por no planificar la construcción de una zona de estacionamiento que se requeriría para los nuevos residentes del centro. Un refrán favorito del supervisor fue que su objetivo era crear un problema de estacionamiento en el centro de Riverhead. Fue un tema que su oponente este año planteó en la campaña.
Uno de los objetivos de Walter en relación al centro de la ciudad que continúa sin resolverse ha sido el de disponer de un cine en la Main Street. No pudo ser, a pesar de las prolongadas discusiones con Regal Cinemas. La compañía de cine se involucró en negociaciones activas con el propietario del antiguo centro comercial de Walmart en la Ruta 58, pero el progreso de estas negociaciones sigue siendo desconocido.
El Parque Empresarial de Calverton
Las ambiciones de Walter para el terreno donde Northrop-Grumman una vez fabricaron aviones de guerra para la Marina de los Estados Unidos siguen sin cumplirse.
Su administración completo las actualizaciones del plan maestro y el plan de renovación urbana para el terreno, revisaron la zonificación allí y comenzaron a buscar una subdivisión industrial de la mayoría de las propiedades restantes de la ciudad.
Luego, en 2015, una empresa emergente establecida por el fundador de Atair Aerospace compró el Skydive Long Island en EPCAL (Enterprise Park de Calverton) y anunció su plan de para traer la fabricación de aviones nuevamente a Calverton.
En abril, Luminati Aerospace y el Ayuntamiento de Riverhead firmaron una carta de intención para la venta de el resto de terrenos propiedad del ayuntamiento del EPCAL por 40 millones de dólares. El ayuntamiento pasó el resto del año negociando con Luminati, y al principio, con United Refining Corp., y posteriormente con Triple Five Ventures.
Éste mes, el ayuntamiento programó una audiencia pública para el 17 de enero con el propósito de determinar si la nueva asociación entre Luminati Aerospace y Triple Five Ventures es un “patrocinador calificado y elegible” bajo la ley estatal de renovación urbanística con el fin de desarrollar los terrenos de EPCAL. La compañía, Calverton Aviation & Technology, busca firmar un contrato con el ayuntamiento para comprar alrededor de 1,600 hectáreas por 40 millones de dólares.
Walter hace alarde del Distrito de Alcantarillado de Calverton, el cual se renovará “sin coste alguno para los contribuyentes” pasando de ser una planta de tratamiento secundaria a una instalación de tratamiento terciario de última generación.”
Walter dice que no se arrepiente de atar su destino político a Luminati.
El DEC del estado, el cual debe aprobar los permisos de humedales, permisos de Ríos Salvajes, Escénicos y Recreacionales y permisos de “posesión” de habitas para la subdivisión propuesta de EPCAL, no aprobará los permisos a menos que sepan quienes “serán los usuarios finales,” explicó Walter. “Ellos apoyaron con entusiasmo a Luminati,” dijo.
Dejar el destino de la venta propuesta a su sucesor es algo que Walter no hubiera deseado tener que hacer.
“Me apresuré para acabar EPCAL y Luminati,” dijo.
Pero él no habría hecho nada diferente, comentó. “Todo lo que hicimos será útil, la actualización del plan maestro, el plan de renovación urbanística, la zonificación,” dijo. “Todo tenía que hacerse.”
Invitando a Dios a Riverhead
Walter dice que lo más destacado de su carrera como supervisor municipal es “invitar a Dios a la ciudad.” Lo hizo, según él, al iniciar una política de comenzar todas las reuniones de junta municipal con oraciones, ofrecidas por los miembros del clero local.
También comenzó una reunión de oración semanal en su oficina cada jueves por la mañana. En un momento dado, su grupo de oración acudió a la obra del Suffolk Theater para “posar la manos” sobre el edificio y orar por su reapertura.
Walter se describe a sí mismo como un “conservador pro vida” y se unió a manifestantes anti-aborto fuera de la oficina de Planificación Familiar de Riverhead de Planned Parenthood en la East Main Street.
La “cobertura de Dios,” dijo, evitó que una situación volátil estallara este año cuando la esposa del fiscal municipal Bob Kozakiewicz publicara una diatriba racista en Facebook. Walter respondió diciendo que la ciudad debía orar por el fiscal municipal y su familia.
“No quería que se reunión se calentara y se convirtiera en algo que no era, me alegro que no fue así,” dijo Walter. “Esa reunión de la junta podría haber sido la peor que hemos tenido, pero creo que la oración— y yo a lo mejor estuve sermoneando un tanto en esa reunión— y que habláramos de Dios en esa sala de la juntas marcó una gran diferencia,” comentó.
“Hay un gran problema de racismo aquí,” admitió Walter. “Pero no creo que haya nada que no podamos resolver si trabajamos juntos.”
Walter finaliza su mandato como el quinto supervisor municipal con más años de servicio en los 225 años de historia de la ciudad. Él es uno de los pocos hombres que nació y creció fuera de los límites de la ciudad. Es el primer hombre en entregarle las riendas de la ciudad a una mujer.