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Luchadora por naturaleza gracias a su trabajo, una joven mujer quiere ahora crear conciencia sobre el cáncer de cuello uterino

Dulce Rojas, una sobreviviente de cáncer de cuello uterino de 27 años edad. Foto por Maria Piedrabuena

Enero es el mes para la Concienciación sobre la Salud Cervical, y el Programa de Servicios Oncológicos del condado de Suffolk está intentando concienciar a la población sobre el cáncer del cuello uterino, o de cérvix, un tipo de cáncer específico que afecta las células que residen en la cérvix, y ofrece pruebas de detección de cáncer gratuitas para aquellos que califiquen.

“Las pruebas de detección regulares son la clave para prevenir el cáncer de cuello uterino o encontrarlo en las primeras etapas, cuando el tratamiento es más efectivo,” dijo la directora del Programa de Servicios Oncológicos del condado de Suffolk, Maureen O’Connor, en un comunicado.

El pasado junio, meses después de experimentar ciclos menstruales irregulares y sangrado irregular severo, Dulce Rojas, de 27 años, una mujer joven de ojos brillantes, apasionada y positiva, fue diagnosticada con cáncer de cuello uterino, tan sólo tres semanas después de que su abuelo materno falleciera.

“Durante meses supe que algo no iba bien, pero siempre lo posponía,” dijo. “Al principio pensé que tenía que ver con mi hipertiroidismo y luego, con la situación de mi abuelo, simplemente no escuché a mi cuerpo.”

Rojas comentó que su primera reacción fue entrar en pánico y pensar en su madre, de cómo se tomaría ella la noticia justo después de que su padre falleciera, pero luego recordó las palabras de su difunta amiga, una defensora de inmigrantes reconocida y líder de la comunidad, Sandra Gil, quien falleció el pasado otoño a causa de un cáncer de utero.

“Ella fue mi mayor inspiración,” explicó Rojas. “Me decía que ‘siempre me mantuviera positiva’, y que la mente es muy poderosa.”

Su positivismo, sin duda, sería puesto a prueba en los meses siguientes.

El tumor maligno de Rojas resultó ser más grande que una pelota de tenis, dijo, y después de una serie de pruebas, los médicos le dijeron que se había extendido a sus nódulos linfáticos, o lo que es conocido como cáncer de fase IIIB2.

“Me informaron que me quedaban cinco años de vida, algo que no es fácil de escuchar y en ese momento no podía procesarlo,” dijo.

Rojas explicó que, con las palabras de Gil en su mente y tomando como referencia los años que ha pasada siendo una una activista cívica, decidió en ese mismo momento luchar y no darse por vencida tan fácilmente.

“Pensé ‘soy joven y otras personas han salido [de la enfermedad], yo también puedo,’” dijo.

Rojas, una organizadora comunitaria de SEPA Mujer, una organización sin ánimo de lucro que defiende a la mujer latina y los derechos de la mujer en Long Island, está familiarizada con lo que ella llama “la lucha”, una expresión generalizada que describe el proceso de luchar por los derechos humanos y civiles, incluyendo el derecho a una vida sana y positiva.

“Lucharé para crear conciencia sobre este problema,” dijo. “Escucha a tu cuerpo, realiza chequeos regularmente, es muy importante.”

“Hay un gran estigma en torno a los problemas del cuello uterino,” dijo. “No deberíamos sentirnos incómodas de hablar sobre lo que está ocurriendo en nuestros cuerpos.”

Añadió que no fue hasta hace poco que descubrió los anuncios en la televisión de vacunas contra el VPH (virus de papiloma humano), y se preguntó porque esto no era un tema de conversación regular en las escuelas u otros medios de comunicación cuando era adolescente.

“La gente necesita saber que existe una vacuna ahí fuera contra el VPH,” dijo. “Padres e hijos, necesitan saber que hay un periodo de tiempo valioso que no pueden perderse.”

Hoy, después de meses de tratamientos de quimioterapia y radioterapia, el tumor de Rojas ha “desaparecido” y a pesar de que espera los resultados de sus últimas pruebas, ella dice que se siente mejor.

“Aunque el cáncer se haya ido, me informaron que es normal que este tipo de cáncer regrese hasta dos o tres veces más,” dijo. “Si lo hace, estaré preparada.”

Las pruebas de detección son clave

Según la Sociedad Americana contra el Cáncer (ACS, por sus siglas en inglés), este tipo de cáncer era “una de las causas más comunes de muertes por cáncer en las mujeres estadounidenses,” algo que ha cambiado significativamente gracias a la prueba de Papanicolau, o en inglés “Pap smear,” un importante procedimiento que detecta cualquier cambio ocurrido en el cuello uterino y que toma tan solo unos minutos en la consulta del médico.

Y aunque con otros tipos de cáncer algunas veces es difícil determinar el origen exacto, sabemos que aproximadamente el 90 por ciento de los casos de cáncer de cuello uterino son causados por el virus del papiloma humano o VPH, una infección de transmisión sexual que es muy común.

Los expertos dicen que a pesar de que la mayoría de personas sexualmente activas han estado expuestas o infectadas con el virus, de los más de 100 tipos de VPH que conocemos, tan solo una docena puede resultar en cáncer, lo que se traduce en un porcentaje muy pequeño de aquellos infectados con el virus.

La Sociedad Americana contra el Cáncer estima que en el 2018 se diagnosticarán alrededor de 13,420 nuevos casos de cáncer de cuello uterino invasivo y aproximadamente 4,170 mujeres morirán a causa de la enfermedad.

La investigación de la ACS, además muestra que las mujeres latinas y afroamericanas—seguidas de las mujeres asiáticas, de la Islas del Pacífico y blancas—tienen más probabilidades a contraer cáncer de cuello uterino.

Las tasas de mortalidad por cáncer de cuello uterino parecen haberse estabilizado durante los últimos 15 años, sin embargo no han cambiado mucho, según explicó la ACS, lo que ha llevado a un aumento en los esfuerzos de crear conciencia sobre las vacunas contra el VPH para niños y adolescentes y la importancia de realizarse pruebas de Papanicolau regularmente para mujeres mayores de 21 años.

“Se puede prevenir el cáncer de cuello uterino con la prueba correcta en el momento adecuado,” dijo O’Connor.

A pesar de que una simple prueba sea todo lo que necesita para descartar cualquier anomalía, hay factores, como disponer o no de seguro médico, que dificultan el proceso.

Según los datos más recientes del estado de Nueva York, las mujeres sin seguro médico son mucho menos propensas a someterse a una prueba de detección de cáncer de cuello uterino en comparación a las mujeres que disponen de seguro médico, razón por la cual el Programa de Servicios Oncológicos anima a las mujeres sin seguro médico a aplicar al programa y obtener una prueba de detección de cáncer de cuello uterino de forma gratuita.

“El Programa de Servicios Oncológicos del condado de Suffolk puede ‘cerrar la brecha’ de desventaja para las mujeres sin seguro,” dijo O’Connor. “Además, es un servicio cubierto por la mayoría de planes de salud, incluyendo Medicaid y otros planes que participan en Departamento de Salud del Estado de Nueva York.”

El Programa de Servicios Oncológicos actualmente ofrece pruebas gratuitas de detección de cáncer de cuello uterino a mujeres que nos dispongan de seguro y sean elegibles, de 40 años de edad o más.

Para saber si califica al programa para las pruebas gratuitas de detección de cáncer de cuello uterino o para más información, llame al Programa de Servicios Oncológicos al 631-369-2770.

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Maria Piedrabuena
María del Mar es editora y reportera multimedia de RiverheadLOCAL en Español y ganadora de varios premios por su trabajo periodístico. Ha trabajado para varios medios de comunicación, incluyendo News12 y la revista Fortune. Se graduó de la Universidad Stony Brook con títulos en periodismo y estudios de género. Correo electrónico Maria.