Habían pequeñas pistas a lo largo del camino. El olvido ocasional dio paso a algo que su esposa sabía que era más serio, aunque el continuó negándolo.
“Es el tipo de hombre que nunca admitirá que le pasa nada. Si le preguntas a él, siempre está bien,” comentó Adrianna Moritz de Port Jefferson Station. “Tuvo una cirugía a corazón abierto y ni siquiera tomó una sola pastilla para el dolor.”
Su esposo George, de 81 años, fue diagnosticado con demencia hace cincos años, dos años después de que ella reconoció que perdía la función cognitiva.
“Tuvimos que engañarlo para llevarlo al neurólogo,” dijo Adrianna.
George, analista de sistemas de datos, se jubiló de Grumman (una compañía aeroespacial que existía en Long Island) a principios de la década de los 90, después de 40 años trabajando. Después de eso, se mantuvo activo, trabajando a tiempo parcial “para mantenerse ocupado.” Le gustaba la carpintería y trabajar en la casa de la pareja en Massapequa Park. Le encantaban los puzzles, crucigramas, las citas criptográficas, el sudoku y los bolos.
“Al principio solo era algo esporádico,” dice George sobre su pérdida de memoria.
“No pensé que se hubiera dado cuenta,” añade Adrianna.
La pareja se sienta lado a lado en una mesa en el área de arte del Centro Diurno de Servicios para Adultos “Day Haven” en Port Jefferson Station, rodeada de coloridas obras de arte producidas por los clientes que acuden al centro. Se está tocando el piano en la habitación contigua, donde más de una docena de personas disfrutan del canto mientras se el día se acaba y los cuidadores regresan al centro a recoger a sus seres queridos.
George viene al centro cuatro días a la semana. “Day Haven,” que se centra en la atención de la demencia, sirve desayuno, almuerzo y una merienda a los clientes del centro, que en promedio, suman unas 25 personas cada día. Los líderes capacitados del programa y los líderes asistentes entretienen a sus clientes con música, arte, juegos de memoria, puzzles y ejercicios físicos.
“Me gusta aquí,” dice George. “Me da algo para hacer, así no estoy todo el día en casa, sentado volviéndome loco. Es difícil pasar todo el tiempo juntos,” comenta.
“Ha sido un regalo de Dios,” dice Adrianna. “Es duro ver a un ser querido desaparecer poco a poco.”
George apoya la mano en su regazo. “Este programa también es bueno para ella,” dice suavemente.
Han estado casados por 44 años. Se conocieron por su tío, que también trabajó en Grumman, dice.
“Un día la invité a cenar – y eso fue todo,” explica con una carcajada.
Adrianna le recuerda que él es “asaltacunas.” Él es 13 años mayor que ella. “Yo todavía era una adolescente cuando nos conocimos,” le dice.
Al igual que la mayoría de las personas que acuden a “Day Haven,” George disfruta recordando el pasado.
“Mi memoria a corto plazo me falla la mayor parte del tiempo,” confiesa. Pero sus recuerdos de personas y eventos que se remonta a décadas están mucho mejor. “Realmente me molesta cuando no puedo recordar cosas. Es muy frustrante,” dice.
El proceso de admisión a “Day Haven” confirma el deterioro cognitivo que previene a una persona de ser capaz de cuidar de sí mismo, informó la directora asistente Lori Maldavir. Es un programa basado en la comunidad, no un programa basado en la medicina, por lo que no se administran medicamentos, algo que las personas necesitan hacer por sí mismos. “Podemos recordarle a las personas,” dijo Maldavir.
Un cubo de metal que George está decorando con flores como regalo de cumpleaños para su nieta reposa en la mesa frente a la pareja.
“Nunca antes había pintado,” dice Adrianna, tocando las flores pintadas a mano. “Pero ahora él lo disfruta.”
En el pasado, su pasatiempo favorito era la carpintería, fabricar cofres de juguetes, casas para pájaros y taburetes. “Era muy meticuloso.”
“Tenía una mente muy ordenada,” contesta él. “Ahora está todo revuelto.” George ríe de nuevo.
“Solo un poco,” añade su esposa.
George se emociona ante la mención de Riverhead. Aunque nunca trabajó en la planta Grumman en Calverton, había estado allí muchas veces, dice. Y él tiene familia en Jamesport. “El apellido de soltera de mi madre era Trojanowski,” comenta George con una sonrisa. “Hay muchos Trojanowskis por ahí. Solíamos ir allá a visitar cuando era niño.”
Adrianna menciona que George fue a un centro para personas mayores cerca de su casa en el condado de Nassau antes de que se mudaran con uno de sus hijos el año pasado.
“Day Haven hace mucho más con ellos de lo que hicieron en el centro de personas mayores,” dice ella. “Aquí son muy buenos.”
Saber que su esposo está en un ambiente seguro, bien cuidado, es un gran alivio para ella, dice Adrianna.
“El cuidado [de otra persona] no es fácil,” dice. “Esto es tan importante.” El relevo en el cuidado de su esposo, tan necesario, permite a Adrianna, quien se jubiló del BOCES del condado de Nassau, tiempo y espacio para cuidar de sí misma y desarrollar sus propios intereses, como hacer mantas de ganchillo para hospitales con un grupo de mujeres voluntarias de su iglesia en Massapequa.
“Es duro,” dijo. “Incluso fui a un psicólogo” para aprender a como sobrellevar con el deterioro cognitivo de su esposo.
Adrianna participa en uno de los grupos de apoyo mensuales de “Day Haven.” Ha sido de gran ayuda, dice.
La nueva instalación de “Day Haven” en Riverhead —ubicada en Columbus Avenue adyacente al Stotzky Park— será uno de los dos únicos centros para atención diurna para adultos en el North Fork. El otro es un programa del Ayuntamiento de Southold en Mattituck abierto solo a residentes de Southold.
La organización es alquilando un espacio que es propiedad del ayuntamiento de Riverhead —y compartiendo el edificio con el departamento de recreación.
“Nos encanta que se ve los campos de deportes y hay mucha actividad aquí,” comentó Maldavir durante una visita del recién pintado y resplandeciente espacio el 31 de mayo. También hay un área cercada para dar la oportunidad de que las personas puedan tomar un poco de aire fresco.
“Estamos emocionados de estar aquí,” dijo. “La ciudad y la comunidad han sido muy acogedoras,” dijo. Por ejemplo, Bob’s Furniture está donando $1,000 en muebles para un “área tranquila,” un lugar donde las personas puedan relajarse y sentarse tranquilamente cuando no tienen ganas de participar en actividades en grupo.
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Los programas se adaptan a los participantes “a medida que los conocemos,” explicó Maldavir.
“No forzamos a nadie a hacer nada en particular,” dijo.
“Day Haven” actualmente ofrece una jornada de prueba gratuita en Riverhead los jueves de 1 a 3 p.m. Los cuidadores pueden llamar para inscribirse con anticipación al 631-807-1720.
La tarifa de pago por el servicio privado es de $75 por día, con descuentos para suscripciones de varios días. El programa está cubierto por varias compañías de seguros de salud.
Inicialmente, el centro de Riverhead operará los martes y los jueves, pero se expandirá a cinco días a la semana una vez que todas las plazas disponibles se llenen.
La directora de “Day Haven,” Betsy Geary, dará una charla sobre los síntomas de la demencia en la Biblioteca Pública de Riverhead el próximo miércoles 20 de junio, seguida de una sesión de preguntas y respuestas. El programa se llevará a cabo de 1:30 a 3 p.m.
“Las familias afectadas por la enfermedad de Alzheimer y la demencia necesitan el tipo de apoyo que brindamos,” informó Maldavir. “Es un proceso difícil, que destroza vidas. Pero no tiene que [realizarse] solo.”