El olor de unas arepas recién hechas siempre me transportan a mi infancia. Para cualquier venezolano, dentro o fuera de su país, las arepas han sido el componente ideal de cualquier comida, sustituyen al pan y a cualquier otro tipo de alimento si es necesario (arroz, pasta, pure, etc). Se pueden comer para desayunar, almorzar, merendar o cenar… confieso que en mi caso hasta para calmar el hambre después de alguna noche larga de copas.
Es cierto que el concepto de la arepa también existe en otros países latinoamericanos, e incluso en Colombia tienen una variedad de formas de prepararlas y todas bajo el mismo nombre. Sin embargo en Venezuela, estas deliciosas masas de harina de maíz representan un patrimonio dentro de la gastronomía venezolana y algunos historiadores han calificado a la arepa venezolana como un símbolo de identidad nacional.
Esto no quiere decir que a día de hoy no exista la disputa sobre donde se originó realmente la arepa y está claro que el debate continuará hasta que no se presenten pruebas irrefutables, pero lo que si conocemos con certeza es que este alimento era la base de la alimentación en las civilizaciones precolombinas y que perduraron durantes siglos hasta llegar a las modernas mesas y restaurantes de venezolanos alrededor del mundo.
Las Arepas Venezolanas ofrecen la versatilidad de poderse rellenar (abres la arepa por la mitad como un pan de perrito caliente o una pita) con un sin fin de posibilidades saladas e incluso dulces. El más común en las casas venezolanas es con mantequilla, queso y jamón, pero también comen con frijoles negros y carne mechada. Y no olvidemos la popular Reina Pepiada que es una mezcla de pollo, aguacate y mayonesa.
Prepara unos ricas arepas para compartir en familia o con amigos ¡y seguro que muchos repiten!
INGREDIENTES
2 tazas de harina de maíz precocida P.A.N o similar (blanca)
1 taza de agua tibia
1 taza de leche tibia
1 taza de queso rallado mozzarella o similar (opcional)
1 cucharadita de sal
Aceite de oliva
PREPARACIÓN
1. Precalienta el horno a 400ºF/200ºC. En un bol grande introduce la mezcla de agua y leche tibias con la cucharadita de sal. Vas agregando poco a poco la harina, mientras mezclas con las manos limpias para evitar que se formen grumos. Introduce el queso y mezcla bien con las manos. Cuando este todo integrado, compacta todo la masa en una sola bola y cubre con papel film o similar para que no se reseque, y deja reposar durante unos 10 minutos.
2. Con ambas manos mezcla bien la masa para comprobar la consistencia y si es necesario corregir con más agua tibia o más harina. La consistencia de la masa debe ser suave pero no pegajosa (puedes probar apretando toda tu mano en la masa, debe hundirse fácilmente y no dejar rastro de masa en los dedos).
3. Pon una plancha, sartén o paila a calentar a fuego medio. En un pequeño bol pon más agua tibia. Con las manos humedecidas en el agua, coge una cantidad de masa suficiente para formar una bola del tamaño de tu puño. Con la ayuda de las palmas de tu mano, primero crea una bola compacta y luego vas aplanando la masa formando un disco fino (un poco más de media pulgada).
Puedes ir colocando tus arepas encima de un trozo de papel de hornear o de cera extendido hasta que acabes de formar todas las arepas.
4. Introduce un chorrito de aceite de oliva en la plancha y extiende con un papel de cocina para que se reparta bien y no haya exceso de aceite. Ves colocando tus arepas sobre la plancha y deja que se doren a fuego medio por unos minutos. Cuando en cada lado de la arepa se haya formado una capa firme (o costra) de color dorado y se despeguen fácilmente de la plancha al darles la vuelta, puedes retirarlas del fuego.
5. Mete las arepas directamente sobre la rejilla del horno (debe estar posicionada en el centro del horno), y deja hornear durante unos 8 minutos, si lo prefieres puedes girarlas dentro del horno para que se horneen uniformemente. Para comprobar que ya están totalmente cocidas, las arepas deben estar un poco infladas y al darle golpecitos con la yema de los dedos, el sonido que emitan deben ser como un tambor.
6. Sirve caliente y acompañadas con cualquier relleno que gustes.
¡Buen Provecho!