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Conmovedoras historias personales resaltan la necesidad de comprender la adicción, en el acto ceremonial de inicio de obras en Wellbridge.

El director ejecutivo de Wellbridge, Andrew Drazan, explicó su determinación de construir un centro de investigación y tratamiento de adicciones. Foto: Denise Civiletti

“Hace más de 50 años, una hermosa y madre divorciada de tres hijos pequeños vivía en Rockville Centre, Long Island,” comenzó a decir Andrew Drazan, director ejecutivo de Wellbridge, un centro de investigación y tratamiento de adicciones con 80 plazas que inició los trabajos de obras el jueves en Calverton.

“En poco tiempo, esa madre se sumergió en depresión y ocultaba su dolor con vodka. Los médicos a los que visitó en ese momento, en los años 60, le prescribieron el antídoto para esa enfermedad y fueron las anfetaminas y los barbitúricos,” dijo, de pie ante el público dentro de una carpa abarrotada en una de las pistas del parque empresarial de Calverton, donde se está construyendo el nuevo centro.

“Después de varios años de esta terapia de altos y bajos mezclado con mucho alcohol,” comentó Drazan, con voz ahogada, “la mujer murió por sobredosis a la edad de 35 años, dejando atrás a tres hijos: un niño de seis años, uno de nueve años y un niño de 11 años,” explicó.

“Yo era ese niño de 11 años, y esa era mi madre.”

Planos del terreno de 40 acres en el Wellbridge Campus, programado para completarse en 2019.

La experiencia de Drazan fue el ímpetu, comentó, para su búsqueda de un centro de investigación y tratamiento de adicciones de última generación. Fue una odisea de siete años en la cual tuvo que superar múltiples obstáculos para alcanzar la línea de meta en honor a Drazan y por el promotor inmobiliario Engel-Burman Group, que se asoció con Northwell Health en el proyecto.

El resultado es el primer “laboratorio de aprendizaje” para el tratamiento de la adicciones llevado a cabo por un importante sistema de salud académico en el país, dijo el Dr. Jonathan Morgenstern, director del Centro de Servicios de Adicción e Investigación de Intervenciones Personalizadas de Northwell.

“Al integrar la investigación con la atención médica, crearemos un laboratorio de aprendizaje que acelerará el descubrimiento de tratamientos nuevos y efectivos para la adicción,” explicó Morgenstern.

“Los laboratorios de aprendizaje no son algo nuevo. Hay laboratorios de aprendizaje en cada centro médico académico importante para el tratamiento de enfermedades cardíacas y de cáncer, y estos laboratorios de aprendizaje han ayudado a revolucionar el tratamiento” de esas enfermedades, dijo.

“Estamos en un momento en el que descubrimos que la ciencia y la tecnología así como su aplicación puede realmente transformar la manera en que proporcionamos atención [médica] para la adicción,” dijo Morgenstern al público. “Esperamos — y confiamos— que en la próxima década, nuestro programa servirá como modelo para la forma en que se debe ofrecer la atención a la adicción y la manera en que trabajamos para lograr una cura eventualmente para la adicción, de la misma manera que trabajamos hacia una cura para el cáncer y enfermedades del corazón.”

“Después de luchar por más de 30 años, dentro y fuera de recuperación, finalmente entendí que la sobriedad no significa no beber o consumir drogas. Sobriedad es un estilo de vida,” dijo Douglas Albert. Foto: Denise Civiletti

Douglas Albert, de 60 años y residente de Lindenhurst, es un ejemplo de la necesidad del tipo de comprensión a través de la investigación que abordó Morgenstern. Albert habló a la audiencia en términos sinceros, de su batalla de toda la vida contra la enfermedad de la adicción. Comenzó a beber a los 13 años, dijo.

“Me sentía como Superman. Perdí todos mis miedos y ansiedades,” explicó. “Años más tarde, descubrí que todo lo que el alcohol me dio … me lo iba a quitar más adelante. Eventualmente, quiso cobrarme lo debido y yo lo pagué muy caro.” dijo Albert.

Describió un largo viaje de altibajos en su vida y de luchar contra los demonios del abuso de sustancias, de años de abstinencia seguidos de periodos de recaída, y de una progresión de la enfermedad que lo dejó impotente de poder luchar por sí solo. Se volvió adicto a los opioides cuando comenzó a usar medicamentos recetados para el dolor después de un accidente de construcción.

El presidente y director ejecutivo de Northwell Health, Michael Dowling, comentó que está orgulloso de tomar el papel de liderazgo en la investigación y tratamiento de la adicción con el lanzamiento del primer laboratorio de aprendizaje del sistema de salud académico del país. Foto: Denise Civiletti

“Empecé a abusar de estas pastillas,” comentó Albert. “Tres pastillas se convirtieron en nueve. Nueve se convirtieron en 12. Cuando te vienes a dar cuenta, mi receta de 30 días pasó a durar solo cinco días. Así que tuve que salir a comprarlas en la calle. Y gasté una fortuna en ellas, todo mi dinero fue destinado a esa adicción,”

Ingresó nuevamente en rehabilitación para desintoxicarse de los opioides. Pero ignoró la necesidad de los consejeros de vincularse con un programa a largo plazo, pensando que podría hacerlo por su cuenta.

Albert mencionó que pronto sintió la necesidad de opioides, pero se resistió. En su lugar, regresó al alcohol. Tomó un trago y “en un período muy corto de tiempo me convertí en alcohólico en toda regla, bebiendo un litro y medio de alcohol al día,” dijo.

“De 2011 a 2016 tuve nueve ingresos en rehabilitación, cinco arrestos, tres veces en la cárcel, tres períodos en una sala de psiquiatría,” recordó Albert. Se detuvo por seis meses, nueve meses y hasta 10 meses a la vez.

“Pude detenerme, pero no pude mantenerme,” dijo. Eso es testimonio del poder y la progresión de la enfermedad. “La primera vez que estuve sobrio, fue fácil. Pasado un tiempo, no pude volver a estar sobrio de nuevo.”

Después de su último arresto, ingresó en un centro de rehabilitación a largo plazo (escapó de una condena de cuatro años en una prisión al norte del estado) y luego ingresó en un centro para pacientes ambulatorios administrado por el South Oaks Hospital.

“Me enseñaron la importancia de la responsabilidad,” comentó Albert. “Después de luchar por más de 30 años de recuperación y recuperación, finalmente entiendo que la sobriedad no significa no beber o consumir drogas. La sobriedad es un estilo de vida. Es una forma de vivir y disfrutar su vida con cambios, ayuda, responsabilidad y estructura.

“Si lo hago por mi cuenta, terminaré consumiendo [drogas/alcohol] nuevamente,” dijo.

La supervisora municipal de Riverhead, Laura Jens-Smith, enfermera licenciada jubilada, dijo que la adicción es un problema de salud pública y que el apoyo de la comunidad es esencial para resolver todos los problemas de salud pública.

“Comprender la adicción es la clave para prevenirla,” comentó Jens-Smith. “En Riverhead nos enorgullece decir que se realizará una investigación importante aquí en nuestra ciudad. Hay tanto que no entendemos sobre la adicción y se aprenderán muchas lecciones aquí,” dijo.

“Esta acción [de comenzar obras] dice mucho sobre muchas personas — su arduo trabajo, empatía y determinación para hacer lo correcto para aquellos que sufren,” dijo la supervisora.

“Esto dice que Riverhead se preocupa.”

La instalación de $95 millones que se está construyendo en un campus de 40 acres en Jan Way en el parque empresarial, está programada para completarse a fines de 2019.

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Denise Civiletti
Denise es una reportera veterana y editora local, una abogada y ex concejala de Riverhead Town. Su trabajo ha sido reconocido con numerosos premios, incluyendo un premio "escritor del año" de la Asociación de Prensa de Nueva York en 2015. Es fundadora, propietaria y coeditora de este sitio web. Correo electrónico Denise.