A los latinos nos gusta siempre afirmar que los mejores platos los preparan nuestras mamás o abuelas. Aquellas recetas que pasan de generación en generación dentro de nuestras familias llevan ese toque místico e histórico, que nos hacen reverenciarlas y tratarlas como si fueran la verdad absoluta. Muchos juramos por el dicho de que: ¡No existe mejor plato que el que hace mi madre/abuela!
Y es que no es para menos, cuando nos deleitamos con un manjar típico de casa, estos sabores nos transportan a nuestra infancia, a recuerdos de amor, felicidad y alegría.
Personalmente, tengo la magnífica ventaja de haber experimentado una gran variedad de culturas gastronómicas gracias a mis raíces y a mi familia. Y existen muchos platos que conservo con cariño que he adoptado de diferentes miembros de mi familia.
Pero hoy quiero compartir la receta del quesillo venezolano, que entre las arepas y el pabellón son tradicionales de la cocina de mi país. Hay muchas formas de hacer el quesillo, y la elaboración así como el resultado final son bastante similares al flan de huevo, pero la versión venezolana aprovecha al máximo los ingredientes y el tiempo. Esta receta en particular, me la transmitió mi querida tía, a quien sin duda le queda exquisito el quesillo casero.
Este postre es un indiscutible ganador, por ser fácil y rápido de preparar, y por ese toque dulce que gusta a grandes y pequeños.
Prepara este delicioso quesillo venezolano para compartir con tu familia o amigos y seguro que más de uno repite.
INGREDIENTES
1 Lata de Leche Condensada
1 Lata de Leche Evaporada
½ Taza de Leche Entera
3 Huevos
1 cucharadita de extracto de vainilla
¾ Taza de azúcar
PREPARACIÓN
1. En una olla pequeña vierte el azúcar y deja que se derrita a fuego medio, removiendo para que no se queme. Cuando el azúcar comience a convertirse en caramelo baja el fuego y continúa removiendo hasta que se haya derretido todo el azúcar y retira del fuego.
Cuando el caramelo se enfríe un poco, rocía sobre un molde de hornear y esparce por todo el fondo y los laterales. Deja que se enfríe totalmente el caramelo en el molde.
2. Mezcla el resto de los ingredientes (leche condensada, leche evaporada, leche entera, huevos y vainilla), puedes acelerar el proceso si lo haces en la licuadora. Introduce la mezcla en el molde y cubre con una tapa o papel de aluminio.
3. Precalienta el horno a 355º/180º. En una bandeja grande de hornear u olla, introduce el molde con la mezcla y rellena los laterales con agua hasta llegue a la altura de la mitad del molde situado en el centro. Deja hornear al baño de maría durante 30 minutos. Retira la tapa o el papel de aluminio y deja hornear por 30 minutos más. Para saber si está listo, haz la prueba introduciendo un palillo o un cuchillo.
4. Una vez listo retira del horno y deja enfriar un poco. Tapa con un papel transparente o film y llévalo a la nevera. Espera entre 2 a 5 horas, o bien durante toda la noche, antes de retirarlo del molde.
Con un cuchillo fino, remueve el quesillo del los laterales del molde y coloca un plato llano boca abajo sobre el molde. Gira el plato y ya estará listo para servir.
¡Buen Provecho!