Una vez más, estafadores que se hacen pasar por agentes de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE) o agentes de la policía atacan a los residentes locales latinos.
“Nunca imaginé que esto le pasaría a mi hija, sabía que había gente mala por ahí, pero te asustan tanto que no tienes otra opción,” comentó J., una residente de Riverhead y madre de la víctima.
A F., la hija de J., le estafaron $850, después de que una mujer —que afirmaba llamar de la ‘Universidad de Riverside’ en California— la llamara el martes por la noche diciendo que la habían demandado porque debía dinero de un préstamo y que ahora tenía un “record” u historial a su nombre.
La mujer, que se identificó como Yessenia Villa, le informó a F. que habían notificado a las autoridades de inmigración.
“Recibí una llamada telefónica hace un par de meses antes donde me dijeron que yo había recibido o ganado algún tipo de beca o préstamo de una escuela en California, estaba trabajando por lo que no le presté atención en ese momento,” dijo F.
Villa llamó a F. el martes y dijo que ahora debía ese dinero y que para “limpiar” su historial, era necesario que enviara un giro lo antes posible y de esta manera todo desaparecería de inmediato.
Seguidamente, un hombre que se hacía pasar por agente de ICE, y quien dijo que su nombre era Christian Smith, la llamó para corroborar la historia de Villa.
F., que acaba de cumplir 21 años y que actualmente se encuentra en un proceso de inmigración de ajuste de estatus —y quien nunca ha visitado el estado de California— sospechó de la persona que la estaba llamando, pero finalmente decidió pagar lo que le pedían porque tenían su información personal y la amenazaban con enviar un agente de ICE a su casa si ella no accedía a hacer lo que le pedían de inmediato.
F. comentó que las llamadas telefónicas se realizaron desde un número que comenzaba por 911 después de un asterisco, lo que en su opinión hizo que pensara que las llamadas eran legítimas.
La mujer luego le dio instrucciones específicas a F. e insistió en permanecer al teléfono con ella mientras conducía hasta una tienda local para enviar el dinero.
“Es muy importante que diga que está haciendo un envío personal, personal, recuerde esa parte, a Jorge Bendezu Gomez, y dice que quiere enviar [la transferencia] a Lima, Perú,” le dijo la mujer a F., quien grabó la conversación. “Si dice algo diferente le cobrarán más dinero y no queremos eso.”
“Mi hija envió todo el dinero que había ahorrado de semanas de trabajo,” dijo J. llorando. “Estábamos aterrorizadas.”
Después de que F. hiciera la transferencia inicial por Western Union, Villa le dijo que para poder enviarle la documentación que mostraba su “historial limpio,” F. debía enviar otros $400 por “tarifas de envío de Fedex.” F. le dijo que no podría realizar la transferencia porque no disponía de más dinero, pero Villa le informó de que un agente de ICE se dirigía a su casa y que la única forma de detenerlo era enviando ese dinero.
F. pidió prestado el dinero y nuevamente, con Villa al teléfono, esa misma noche fue a hacer una transferencia también por Western Union al mismo destinatario en Perú. Pero como era muy tarde, F. se dirigió a otra tienda de envíos diferente.
Una vez allí, la empleada de la tienda cuestionó la transacción.
“Quería saber por qué estaba enviando dinero a Perú si nosotros somos de Guatemala,” dijo J. “No pudimos decir nada porque Yessenia estaba escuchando la conversación.”
Cuando la mujer vio como J. y F. estaban actuando, sospechó que algo no andaba bien, dijo J. y pidió hablar con J. en privado a un lado, quien rápidamente le explicó la situación.
“Ella nos dijo que era una estafa y se enfrentó a Yessenia por teléfono,” dijo J. “Yessenia comenzó a insultarla y tratarla mal por teléfono, pero rápidamente colgó cuando le dijimos que la policía estaba en camino y nunca más volvió a llamar.”
“Un ángel se nos apareció en el camino, de lo contrario hubiéramos enviado ese dinero,” dijo J.
F. reportó ayer el incidente a la policía de Riverhead.
“En una situación como esta, asegúrese de poder hablar con alguien de confianza antes de hacer cualquier cosa,” dijo el jefe de la policía de Riverhead, David Hegermiller. “Nunca ofrezca información personal o dinero por teléfono a alguien que no conozca personalmente.”
Hegermiller también mencionó que el 911 no realiza llamadas a las personas y que en caso de recibir una llamada de este número se debe denunciar de inmediato.
“Me siento aliviada de que se haya terminado esto, pero triste porque nos engañaron de esta manera,” dijo J.
Sin embargo, este tipo de estafa no ha sido un caso aislado. Recientemente, han habido una serie de víctimas en la comunidad latina del East End que han sido sujetas a estafas que siguen un patrón muy similar.
En los dos últimos meses, al menos cinco personas — desde Riverhead hasta Aquebogue, Calverton y Greenport— fueron estafados por personas que se hacían pasar por agentes de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos. (Consultar artículo relacionado).
Dos de esas víctimas tuvieron que enviar el dinero a Lima, Perú.
El año pasado, en una situación casi idéntica al caso de F., otra mujer también fue estafada por un importe de $800 y también tuvo que enviar el dinero a Perú. (Ver artículo relacionado).
Un agente federal (FBI) de Long Island instó a las víctimas a denunciar las estafas a los agentes locales ya que, según dijo, “esto puede ser parte de una operación más grande y agrupando todas las denuncias se puede crear un caso.”
Pero, a pesar de que son víctimas de un crimen, debido al miedo y falta de información, algunas veces los inmigrantes deciden no denunciar un incidente en particular a la policía.
“Entendemos que algunas personas pueden tener miedo, entendemos que hayan límites en el lenguaje, pero estamos aquí para ayudar a todos los miembros de nuestra comunidad y tenemos los recursos para hacerlo, como intérpretes y traductores,” dijo Hegermiller.
“Es muy importante que las personas den un paso adelante y denuncien estos crímenes [a la policía], es la única manera que tenemos de saber.”